HISTORIA POLÍTICA

Responsable de la sección: Daniel Alonso

lunes, 10 de noviembre de 2008

Los exilios españoles


DANIEL ALONSO

A menudo cuando se nos habla del exilio español se nos viene inmediatamente a la cabeza el exilio político que aconteció al término de la Guerra Civil. Aunque este exilio es importantísimo por lo que supuso cualitativa y cuantitativamente, y por lo cercano que está en el tiempo, sería muy poco riguroso analizarlo como un fenómeno aislado, desconectado del resto de la historia de España, que no se puede entender sin la historia de todos los exilios en España.
El exilio es un fenómeno político complejo, que tiene un significado muy concreto que va más allá de la mera “migración”. Según José Luis Abellán, uno de los autores que más ha tratado sobre exilios y migraciones en general, el fenómeno del exilio pertenece al ámbito sociopolítico de la historia contemporánea, y se debe evitar la tentación de identificarlo con otros fenómenos migratorios, que pueden resultar aparentemente similares pero que pertenecen a otro contexto histórico. Si se pretende estudiar la historia del exilio y el destierro siguiendo un criterio históricamente riguroso, sería preciso enmarcar estos procesos en el periodo comprendido entre el Siglo XIX y la actualidad.
El fenómeno del exilio incluye un elemento de voluntad política que no se da en otros como la emigración, que a pesar de ser también una migración voluntaria obedece a causas económicas y laborales y carece del significado político que tiene el exilio. El destierro es diferente, pues consiste en un castigo impuesto normalmente por motivos políticos, que obliga al condenado a residir en un lugar que él no elige, sin posibilidad de regresar de él. El destierro no tiene por qué ser necesariamente en el extranjero, pues puede tratarse de un lugar remoto dentro del mismo país (por ejemplo, en España han sido muy frecuentes los destierros en las Islas Canarias o las colonias de ultramar). Para especificar que un destierro es en el extranjero, se suele emplear el término deportación.

Otro término que se suele identificar erróneamente con exilio o destierro es el de expulsión. La expulsión es también una medida impuesta pero no se aplica como un castigo, sino como una medida legal; pues se presupone que al sujeto expulsado no le corresponde estar en el territorio del cual se le expulsa. Las expulsiones suelen practicarse contra extranjeros que permanecen ilegalmente, o bien delinquen, en un país ajeno.
El exilio no es un fenómeno exclusivo de España, pero si cuenta con una importancia considerable en nuestra historia si se compara con la de otros países. Muchos historiadores, como Abellán, encuentran las causas del exilio español en los planteamientos políticos con los que España inició su modernidad en el Siglo XV, y que según él condicionaron toda la historia posterior, incluida la construcción del estado moderno que se llevó a cabo durante la Edad Contemporánea. Las estructuras políticas que se impusieron entonces fueron muy rígidas y muy poco integradoras con las diferentes realidades religiosas y culturales que hasta entonces habían cohabitado en la península. Los Reyes Católicos basaron su política en la unidad religiosa y la depuración de todo aquel individuo o colectivo que no se adaptase satisfactoriamente al modelo establecido. Muchos autores hablan incluso de una “mentalidad inquisitorial”, que habría germinado en aquella época y habría quedado adherida a la idiosincrasia española a lo largo de las décadas, condicionando la compleja historia del exilio en España.

La historia de los exilios es larga. Se pueden definir siete generaciones de españoles que tuvieron que dejar las fronteras por motivos políticos desde principios del Siglo XIX. En 1814 fueron los afrancesados y liberales quienes cruzaron los Pirineos huyendo de Fernando VII. En 1823 volvieron a salir liberales de nuevo cuño con la caída del Trienio Liberal. En 1839 y 1876 fue el turno de los carlistas (más bien aquellos que no comulgaban con el bando liberal). En 1874 cayó la I república y tuvieron que marchar los primeros dirigentes obreros -anarquistas y socialistas- así como los republicanos y cantonalistas. En 1923 fueron aquellos disidentes de la dictadura de Miguel Primo de Rivera quienes abandonaron la piel de toro. En 1931 se proclamó la II República y Alfonso XIII partió en barco de Alicante -acompañado de un grupo de fervientes monárquicos que le acompañaron en el exilio-. Por último, en 1939 el General Franco ganó la Guerra Civil y provocó uno de los fenómeno del exilio más estudiados: el de los republicanos y antifranquistas.
Con el exilio antifranquista de 1939 se cierra, quizás para siempre, la historia del exilio español. Con la desaparición de la dictadura y la consolidación del Estado Social de Derecho, España ha irrumpido en el grupo de las naciones democráticamente desarrolladas, lo cual presenta como inverosímil que se vuelva a producir nunca más un exilio político como resultado de una política gubernamental autoritaria.

2 comentarios:

Sara B dijo...

Entrada muy interesante... Es apropiado recordar ahora que nos hemos vuelto una nación que acoge inmigrantes que en varios periodos fuimos nosotros quienes emigramos.
"España ha irrumpido en el grupo de las naciones democráticamente desarrolladas, lo cual presenta como inverosímil que se vuelva a producir nunca más un exilio político como resultado de una política gubernamental autoritaria." Nunca digas nunca. Yo no me atrevería a afirmar que nunca volveremos a una política gubernamental autoritaria. Si algo hemos aprendido de la historia,.. es que es cíclica, y quién sabe qué pasará a largo plazo?
Crisis económica=> cabeza de turco (gracias a Dios por el momento es Zapatitos y no inmigrantes)=> cris social... auge autoritarios. ¿O es que Hitler y Berlusconi no llegaron al poder democráticamente?Sin ser tan exagerados, que tal una nueva emigración por crisis económica pura y dura?? me han dicho que en Suiza pagan unos sueldazos....
Un saludo y espero que no te disgusten los comentarios bíblicos!

Anónimo dijo...

Desde luego, nadie sabe el futuro. En todo caso cuando me refiero a que no parece verosímil que se produzcan nuevos exilios me refiero a que nuestro país no está en las condiciones sociopolíticas de los estados balcánicos y ciertas zonas tercermundistas. Ahí es donde se fraguan los exilios del siglo XXI.

Gracias por comentar.